No te lo he dicho
pero en tus ojos
brilla la luz del universo,
el motivo del encuentro,
la lumbre eterna del momento
de reunirnos en este, el mismo fuego.
No te lo he dicho
pero en tu boca
crece poco a poco el alma
que he perdido, la calma
que he acogido, de tu cama
el pasillo, que se enreda entre la sábana.
De tu cuerpo solo un hilo
difuminado y nunca frío
de la ausencia de palabras
que no nos sirven, que cobran brío.
No te lo he dicho
pero en tu rostro
hay algo, hay algo
que no acierto a comprender,
es algo lejano,
no es de este mundo,
lo que se esconde
tras esa piel.
Y ya noto tu ternura
definiendo
la razón de mi ser.
Tu cordura
calmando mi sed.
Tu textura
tejiendo mi piel.
Para que me quede
muy cerca del suelo,
con tus pies en mis pies.
No te lo he dicho,
pero desde que has vuelto
sonrío y te quiero
y respiro otra vez.
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