sábado, 24 de septiembre de 2011

No hay paz

No hay paz, ya no hay paz, nunca hay paz.
La guerra se ha instaurado para siempre en estas fechas,
En estas letras que ya avanzan
Difuminando
La arena seca del Moncayo.

Y ahora entre trincheras
¿Cómo hay que seguir?
Y ahora entre escopetas
¿Cómo no morir?

El cielo verde lo avisaba claro
Y empieza a llover fuerte
En este lado
De la montaña y de la vida
Que ha dejado.

Aquí, aquí
La guerra mata a cada paso.
Es una guerra distinta,
Es una guerra sin tacto.
Pero es la guerra del alma
De las lágrimas y del fracaso.

No hay paz, ya no hay paz, nunca hay paz.
En las noches siempre guerra
En los días siempre alerta
Batalla continua que nunca amortigua
El dolor que se intensifica
Más
Y más
Y más
Habrá de matarme pronto,
Habrá de matarme algún día.

El espejo me revela
Que soy un solado,
Un simple soldado
Con su uniforme y su casco
Que intenta y no puede
Jugar a que vuelve
De las filas, a que escapa
De las minas y las municiones.

Y ahora estalla una bomba
En el centro de mi alma
Y luego otra en la memoria,
Y luego nada,
Y luego nada.

Mi cuerpo está disperso
Entre estas aguas,
Mi vida y su fracaso exento
Del jardín de toda alma.
No merezco nada.

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