Te quiero con locura. Te quiero tanto que no sé cómo he llegado a quererte tanto. Pero te quiero de verdad, te quiero con locura. Te quiero como si mañana ya no te quisiese, te quiero como si nunca hubiese querido a nadie. Te quiero como si no supiera quererte.
Te quiero con locura. Y con todas mis fuerzas. Y con todas mis ganas. Y con toda mi alma. Te quiero tanto que tu ausencia me duele, que tu silencio me mata. Te quiero tanto que si cierro los ojos te veo, y tanto y tanto, que no duermo hasta que no me imagino que estás a mi lado.
Te quiero con locura. Te quiero con infinita ternura. Te quiero tanto que todavía me río de lo que ya nos reímos. Que todavía sonrío de lo que hemos vivido. Que todavía siento que me estremezco cuando dibujo tu cuerpo con mi cuerpo, tus labios con mis labios, tu mano con mis dedos.
Te quiero con locura. Te quiero tanto que te amo.
Y te amo con locura. Te amo tanto que te extraño.
Te quiero con tanta locura que empiezo a enloquecer ante tu marcha, y cada día te echo más de menos, tanto de menos, que no sé si puedo. Y entonces aún más te quiero.
Te quiero tanto, Sara, te quiero tanto, que si ni vuelves… que si no vuelves… nada me haría más daño.
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