sábado, 3 de septiembre de 2011

Ya te has ido, y mi cama huele a ti
Todavía
Está reciente el sello
Que tú has hecho
al pasarte por mis días
Está caliente el hueco
Que has dejado
al marcharte de mi vida.

Ya te has ido, y no te has ido
Porque en el aire flota
Todavía tu risa
Y tu cara, y tus quejas
Y tus reproches de niña.
Tu alma buena
Será posiblemente
Lo que más eche de menos
De momento,
Y con el tiempo
Añoraré, no las grandezas
Sino los detalles
Que tú tienes
Los detalles
De tu espalda tus tres pecas
De tu labio su curva gruesa,
De tus ojos la caída de los párpados,
De tus gestos
el lento retirar del pelo acompasado.

Echaré de menos tus días,
Nuestros días,
Nuestro aliento junto al fuego,
Nuestro adiós en el silencio,
Nuestros te quieros,
Nuestros montones
De montones de montones
De te quieros.

Echaré de menos como miras,
Echaré de menos como ansías
Detener el tiempo
Y cómo asumes
Que en su transcurso llega tu huida.
Echaré de menos tu valentía,
Que me hace fuerte
Tu valorarme,
Tu hacerme grande,
Tu coger mi mano por la calle.

Ya te has ido
pero el olor tuyo de mi cama
se ha impregnado
para siempre, para siempre y siempre
en mi lengua y en mi alma.
Como las cosas buenas que me enseñas,
Como las cosas grandes que tú amas.

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