El devastador momento de otro espectáculo férreo.
Las horas se agotan con demasiado ruido.
Las sonrisas se ensayan previamente en los espejos,
donde se encierran deseos que nunca se cumpliarán.
El devastador momento de olvidar lo nunca recordado.
Hay una costumbre heróica de envalentonarse antes del fin
cubriendo con promesas lo que jamás se mirará de frente.
Hoy la noche sabe a falso.
Con lo que yo amo la noche.
Los gritos impiden admitir que un vacío se extiende a cada minuto perdido.
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