Tu voz enjugada en lágrimas
Dejó escapar un hilo de palabras:
Quiero que sepas que aunque me voy lejos
Yo no te abandono.
Mi voz firme asintió sin decir.
Ahora ni tú ni yo sentimos lo mismo.
Te quedas allí.
La soledad se escucha tras mis orejas.
Me las rasco como otro perro abandonado.
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