Y ahora me arrojas en el aire
una palabra absurda,
un reproche vacuo que me va agotando.
No me conoces porque no te conoces
porque no me conozco
porque es imposible conocer a nadie.
No hay conciencia, ni moral,
ni bueno, ni malo
solo hay
lo que quieres hacer
cuando lo quieres hacer
y las respuestas,
y las consecuencias
pasarán a tu lado
sin apenas rozarte.
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