Tu ausencia empieza a sonar un poco hueca,
como los pasos en la arena.
No comprendes que amar es odiarlo todo.
Cuando el sentimiento poderoso va inundando tus pies
pides por que nunca llegue a tus manos.
Tu ausencia empieza a sonar de forma silenciosa,
y un poco absurda a ratos,
y muy inocua.
No sé ya cómo explicártelo:
amar es devastarlo todo.
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