La noche, y el día, y la noche
en una espiral inconclusa
que me lleva a tu ausencia
si pudiese oírte respirar en este instante
juntaría las manos para guardar tu aliento
beberte cuando duermes
como robarte un alma que me has dado
yo la guardo
despacio
nunca haría nada malo a estas dos manos
ni a estos ojos
que me miran con el amor infinito
de los vínculos cerrados.
La noche, y el día, y la noche
en una espiral inconclusa
de te quieros y otras cosas
que no hemos dicho nunca.
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