Porque te quiero, amor, a sangre y fuego.
P. Neruda
Es una habitación más cálida que el propio tiempo detenido en el reloj.
Me han mirado tus ojos,
de una manera que ya entiendo,
que me recorre por dentro.
No quiero volver, no hay nada perdido.
Todo lo que va trazándose a tu lado
es el camino que seguiré siempre,
hacia la búsqueda de tu sonrisa permanente.
Quisiera pensar,
solo un momento,
sin detenerme.
No hay motivo, ni peso, ni llave.
Vas entrando donde nunca llega nadie,
en un lugar reservado para ti, sin conocerte.
Es una habitación como el hogar sin nombre.
Cerrar la puerta como la tristeza.
No volver a ser quien era.
No llevar al límite lo que no se puede.
No adorar la maleza de mí,
las hierbas secas que crecían recreándose en sí mismas
y cortar las flores.
Ya no hay flores ni arbustos ni ramas secas
ni suelo yermo ni cielo muerto,
ni lluvia ni muros ni piedras
solo hay rastros de ti que sigo
por las madrugadas en tu ausencia
como un loco sediento de locura
como la enamorada que soy
me alimento de tu memoria
en horas largas como el silencio
y te quiero despacio
y te quiero muy lento
aquí, a mi lado
para bebernos a tragos
en una habitación más feliz que mi sonrisa
que tú provocas.
Me has mordido el corazón
y las entrañas
todo se va tiñiendo de ti
de tus miradas
todo se va tiñiendo de ti
todo lo ocupas
me has mordido el corazón
y las entrañas
todo se tiñe de amor
de amor por ti, hacia ti ,del mío
amor para darte cada día sin que se desgaste
amor del que solo tú sabes sacarme.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario