Amiga, no me falles.
Si viene el invierno muy frío
busca mi abrigo
y no te rindas
aunque enmudezca el alma,
aunque el silencio aceche
con sus palabras blancas.
Amiga, no me falles.
¡Pero no te olvides de mí!
No borres nuestro tiempo,
no apartes el recuerdo
de estas velas, del momento
de besarnos, de anhelarnos,
de robarnos nuestra piel,
de guardarnos
y de amarnos.
Yo te tengo aquí amarrada
a mi memoria y a mis manos.
¡No te olvides, no te olvides!
Amiga, no me faltes
Porque el irte ya es bastante.
No tiñas nunca de ausencia mi vida.
No me prives ni un día de tu risa.
No abandones nuestros secretos a escondidas.
No hagas que renuncie a tu sonrisa de niña.
Amiga, no me faltes.
¡Y no te olvides de mí!
No olvides lo que hemos hecho,
lo que las dos memorizamos,
no trates de anular el trecho
del camino en que nos encontramos.
No desates nunca el nudo de este lazo.
Amiga, no te escondas.
Amiga, no te enfades.
Amiga, no te abatas.
Amiga, empieza a andarte.
Yo anclada al suelo estoy
por tus besos y tu adiós.
Pero ya a salvarme voy
para quererte en la distancia,
para extrañarte desde lejos,
para admirarte, para ayudarte
y repetirte
Amiga, no me olvides.
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