miércoles, 2 de mayo de 2012

Dosis de realidad para el mundo finito

Me agitan puños de hierro la garganta.
Lo obvio se presenta ante mis ojos
como una verdad nunca desvelada
que no debe darse nunca.
Y si de repente se tambalean los cimientos
y acuden las posibilidades más remotas
a mi cabeza hecha de agua y paja

no puedo soportarlo
no acierto a soportarme

los ojos se van inundando de una sustancia viscosa
pegajosa y salada
como el calor de agosto sobre una cara desnuda

me queman las lágrimas contenidas
me duele el nudo que me aprieta la boca

voy masticando el aliento sobre mi cadáver

hasta deshacerme en pétalos

de la sombra de la sombra de la rosa invisible.

No hay comentarios:

Publicar un comentario