Era un dolor agudo,
lo recuerdo, lo recuerdo, lo recuerdo
era una tarde polvorienta en mi piel
o un meteorito chocando
o un cortacésped arrancando
tira a tira los peldaños
y luego fue un dolor de ausencia
como de lo que no ha de venir más
como de muerte para siempre
y ahora es un dolor de lo posible
un sufrimiento no efectuado todavía
un dolor del dolor que puede darse
mientras las nubes se encapotan allí, en lo alto,
donde nunca quiero que vivas.
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