martes, 8 de mayo de 2012

Para dar fuerzas cuando no quedan

El tejado de la casa en llamas.
Todo empieza a derrumbarse desde arriba
la herida superficial, la tierna huida
tendrá cura si tú quieres, si me asalta.

Deja de contemplar la soledad perdida,
deja de anhelar la soledad que es mía

la ausente se devora a sí misma

en el silencio de las casas ajenas.

No comprenderse comprendiendo.
Aceptar perder la batalla con una misma.

Que me crecen las alas,
que me hunden las balas

trazas trabas

no pongas tus ojos al sol porque lloraré

no claves tu mirada agotada sobre mi rostro débil
no hagas obviedades de enfermedades sin cura

recoge tus ojeras,
levanta los párpados,
prende las llamas.

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