El tejado de la casa en llamas.
Todo empieza a derrumbarse desde arriba
la herida superficial, la tierna huida
tendrá cura si tú quieres, si me asalta.
Deja de contemplar la soledad perdida,
deja de anhelar la soledad que es mía
la ausente se devora a sí misma
en el silencio de las casas ajenas.
No comprenderse comprendiendo.
Aceptar perder la batalla con una misma.
Que me crecen las alas,
que me hunden las balas
trazas trabas
no pongas tus ojos al sol porque lloraré
no claves tu mirada agotada sobre mi rostro débil
no hagas obviedades de enfermedades sin cura
recoge tus ojeras,
levanta los párpados,
prende las llamas.
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