No voy a parar de escribir
jamás
no voy a parar de inmolarme por dentro
las ojeras de mi pecho se me extienden
como la hiedra que me ha ido creciendo.
No voy a devastar ni un minuto de mi vida
en las preguntas que no tienen respuesta
pero entonces no amo nada
no amo esta filosofía que me desgarra
que me consume
que me explosiona la piel a tiras.
Ahora centrarse únicamente en las palabras
en ese aliento inconfundible del lenguaje
que va llamando al fuego que me ahoga
que va imponiendo su fuerza redentora.
El mesianismo del verso implosionado
lentamente entre el mundo que se retuerce
mis ojos mojados
mi aliento sin vida
mis palabras, mis mentiras, mis pocos años.
Todo se va quedando
en un silencio tan vacío
que me va desangrando
que me va desarmando
mi cuerpo pequeño no va a soportar
este dolor tan poco merecido.
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