El río de casa
siempre ha sido marrón.
Yo lo observo mucho
por la ventana.
Recuerdo que un día
se desbordó.
También alguien se cayó
pero el agua llegaba
por los tobillos del pantalón
y hacía calor.
Los árboles del río
beben el agua marrón.
Cuánto, cuánto
quiero al hilo mío
que me ha visto
contemplando su color.
El río de casa
oculta mucho en su interior.
El día que me vaya
guardaré en un frasco
el marrón de sus aguas.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario