jueves, 30 de junio de 2011

Las vistas que no veo

Las vistas que no veo
Son de alma y de cartón,
De puro cielo
Rompiendo el techo
Y su cascarón.
Como cuando nace un lienzo
De los pelos del pintor.

Las vistas que no veo
Son pura equivocación,
Ilusiones que no tengo
Y dolor
Sobre todo
Dolor.
Y el silencio enmudecido
Cobra brío
Gana altura
Siempre encima
De las vidas
Que hacen tanto, tanto ruido.

¡Qué miedo,
Qué miedo
Que tienen las almas,
Las almas cansadas,
De quedarse calladas
De escucharse en palabras
De conocerse, asustadas!
¡Qué miedo,
Qué miedo da
Esta soledad
Que aparece
Y se queda
Y persigue
Al poeta
Que escribe
Los versos
Más tristes!
No para
No cesa
No avanza.

No avanzo.

No avanzo en mi poema.

Las vistas que no veo
Son las obras que no he escrito.
Las que nadie lee
Las que nadie aprecia
Las que nadie nada.
Con nadie nada
Con nadie nada estoy
Viendo
Estas vistas que no veo
De alma y de cartón.

Las vistas que no veo
Son las cosas que no aprecio
De la vida
De mi tiempo.
Las paredes que me acogen
Me quemarán, entero
El desconsuelo
La ilusión
Que se perdió,
Que se perdió hace tiempo.
El corazón
Pintado de aprendices
Entiende sus matices
Cuando toca así el dolor.
Y el dolor despunta el alba
Llega a su zenit
A la cima más alta
Y empieza y no acaba
Y no acaba y se queda
Se queda y no llega
A marcharse en volandas.
Volar, cuánto y qué miedo
Da volar
Si no se sabe el rumbo
Si empieza a despegar.
No más.

Las vistas que no veo
Son tus vistas
Son tus ojos
Cansados de mirar
Lo que no se mira,
Agotados de explorar
Lo que nunca intriga,
Amados sin llorar,
Nublados en diván
De consultas movedizas.

Las vistas que no veo
No son más
Que sentimientos que poseo
Y que se van
Porque tener algo es no tenerlo
Y el desengaño cuanto más
Se hace menos
Y el viento ya sopla
Y me hace cambiar
De dirección, de sentimiento
Y de poema
Sin saber
Que las vistas que no veo
Siempre son
Las que se rompen en el suelo.

Estoy hecha de fragmentos.

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