martes, 28 de junio de 2011
Fragmento
¿Siempre has sido así? ¿Cómo eras antes de conocerme? Dime que serás más feliz cuando me marche. Dime que has aprendido de mí el no necesitarme. Dime que ya no estás para olvidarte. Dime que no me quieres para poder empezar a respirar. Sí, así, he estado conteniendo el aliento este tiempo para que ni un soplo de bocanada de aire de mi boca despeinara tu ánimo. Pero las fuerzas se deslizan, elegantes, entre las comisuras de los labios y ahora solo quiero que no mires más mi aliento, que no me mires. Que no quieras, que no sientas. Y el motivo es que lo que ansiamos ver en el otro es lo que queremos para nosotros. Vacío, frío, abismo. Eso quiero en mí y eso busco en ti. Dime que antes de conocerme eras mejor y lo serás cuando me marche. Porque no puedo vivir en destrucción constante. No puedo jugar a que soy aire, a que no destruyo lo que toco, a que no peso en la vida de los otros.
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