Se oye un llanto,
el quejido
de un bebé
y el maullido
amargo
de un gato.
Gato negro ha de ser.
Ahora, de pronto, silencio.
Es tarde, deben ser
ya más de las tres
y duermen
siete vidas y dos pies.
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"Quisiera hablar de la vida. Pues esto es la vida, este aullido, este clavarse las uñas en el pecho, este arrancarse la cabellera a puñados, este escupirse a los propios ojos, sólo por decir, sólo por ver si se puede decir" Alejandra Pizarnik
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