No hay calor.
Solo hay
un ambiente denso,
pegajoso, intenso
que se adhiere
a tus ojos.
Que me enreden
tus dos rojos
labios, que se queden
encendidas
los colores
tus mejillas.
No hay calor,
solo hay
dos
cuerpos y una cama,
tres alientos
y dos almas.
Tampoco hay luz.
Solo hay
un halo de fuego
que brota en tu pecho
y sube en ascensor
a mis manos y a mis dedos,
que juega alrededor.
No hay calor,
¡ay!
No hay calor.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario