Un ambiente demasiado espeso me envuelve sin enredarme.
Luz tenue hasta no ver las caras de la verdadera mirada.
No sé cómo he llegado, me han encontrado a mitad del camino
y ahora una boca me come los labios
como si mañana me muriese o no existiese nunca más.
Y mañana ya no seré nadie nunca más.
Las manos me recorren por debajo
Sigo sin ver nada y sin sentir lo que se siente
hace mucho ruido y hay demasiado frío
tengo miedo de no ver por cerrar los ojos.
La imposibilidad abrumadora de otro cuerpo sin nombre
y el temor de una marcha
es mi incapacidad.
Me voy sin mirar atrás
y sin aliento en las palabras
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