Marcan las doce cuando entro en tu habitación
y quisiera que parara el tiempo.
Me he perdido en tu mirada
como ayer me perdía en tus palabras.
Quiero pensar que es cierto.
Conforme avanzas vas creando
un espacio seguro que se va cerrando
como si no existiese nada malo alrededor
y me rodeas con tus brazos
puedo parar y marcharme ahora
y mirar hacia arriba en tu portal
sin sentir que nada vale la pena
pero no quiero
te sigo recorriendo con el cuerpo
quiero estar tan cerca de ti
que el aliento se confunda entre los dientes
y leerte en tu mirada hecha de agua.
Tres horas después tu reloj marca las doce.
Somos dos cuerpos detenidos llenos de revelaciones.
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