De lo espontáneo de una hora surges
como lo que ha existido siempre y nunca ha estado.
Una palabra, una mirada que habla.
Avanzar hacia el centro de las cosas por el placer de dar un paso
hacia ti,
a lo profundo de la piel que habitas
y abrirme camino con los dedos hasta ser parte de tu soledad y tu silencio.
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