martes, 3 de abril de 2012

Acantilado


Tu ausencia en esta ciudad tan llena
de recuerdos de lo que no ha pasado.
Tengo tantas cosas para hacer contigo
que quiero extender tu reloj al tiempo del mundo.
Se desdibuja el final del mar entre el silencio
como una calma sin pausa que se va cerrando.
Al fondo el horizonte blanco
donde me pierdo poco a poco en tu cuerpo soñado.
Te echo de menos como la nube a la lluvia.
Te necesito como la palabra al poema
tu orden a mi caos de noche
tus manos a mi cuerpo ardiendo.

Aquí, ahora
en la espuma que renace de romper la ola
no puedo pensar más que en tu nombre.

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