Me voy desdibujando en una sonrisa descarnada,
me deshojo en primavera,
me aniquilo, me desahucio.
Ya no soy habitable.
Ya no soy nadie.
La figura trazada en mi fulgor incandescente
ha podido desligarse de mi mente
y la envidio, y la odio, y la mataría
por poder alejarse por fin de esta locura
de mi, de estas manos sucias.
Me voy expropiando los recovecos dulces del amor
y saboreo los amargos en mi lengua lasciva.
Medias sonrisas se perfilan entre mis labios, locos
con la mirada ida, psicótica, perdida
y empiezo a arrojar lo que hay a mano de mis manos con mis manos
y comienzo a añorar lo que ha pasado en el pasado del pasado
y tiendo a volver siempre a los lugares de los no lugares impensados
y ya no me veo
y ya no me siento.
Me voy comiendo a mí misma sin degustarme
al son de las alas abatidas que nunca han sabido volar
tengo un sabor desagradable
y eso me gusta
he tornado a mi locura.
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