Para no gastar tanto las palabras
manoseadas y sucias
cansadas de ser expulsadas entre dientes
he preferido hacer tus gestos a las puertas del amor,
voluptuosa fragancia que me lleva a tu aroma
en esta distancia que se hace ya insoportable.
Para no condenar a mis palabras vacuas
he decidido no volver a desearlas
no amarlas más, nunca anhelarlas:
estar tan lejos de ti es una lección
una dura enseñanza
de lo que es realmente echar de menos.
Y si no volvieses,
pienso,
si no volvieses
si este sentimiento
tan frío y desgarrador se extendiese
más que estos días, toda una vida
abriría la ventana
y volaría.
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