No se han tambaleado los cimientos del amor.
Has visto amanecer mientras que yo dormía,
las sábanas han ido rotando de compañía
y ha habido lágrimas, y ha habido risas
y ha habido perdones, y recuerdos, y caricias.
No se han cerrado las puertas de mi amor.
Los celos,
ese gusano doloroso que se mete entre los dientes,
no han brotado de mi boca
ni de mi corazón pendiente de ti
prendido de ti
perdido por mi culpa
descubierto por tu vida entre la bruma.
Que no es anoche mi dolor,
que no es el ruido
que no es el sueño arrancado
que no es el tiempo robado
mi dolor, lo que me duele
lo que me ahoga, lo que no aguanto
es esa tristeza en unos ojos tan nítidos como los tuyos,
y esas lágrimas, y ese gesto
que no son los abrazos,
ni mi olor bajo su olor pasado,
que no son las palabras
ni las miradas, ni los abrazos
que son tus heridas,
tus malos tragos
lo que me van mordiendo por dentro
lo que me están consumiendo
que no lo soporto,
¡que no lo aguanto!
Sonríe, mi vida
despide al pasado
con orgullo por haberlo tenido
tras el tiempo preciso
yo tengo abiertos mis brazos.
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