A mi compañera, a mi amiga, a mi amante.
Partir
en busca del anhelo esperado de tus manos en mi cuerpo,
como una promesa que se ampara en el viento
hemos vivido días que viviendo se van haciendo a sí mismos.
En tu casa, la de la mirada y la del techo
me protegen brazos en las nostalgias del momento
no quiero que acabe, ni quiero que pares de morder mi aliento.
Respira el perfume del amor hallado
tras caminos oscuros donde nada se pliega
ahora todo se va expandiendo con la calma inmensa de tu voz
y podríamos vivir así, tal como estamos
abrazándonos desnudas al calor de nuestros cuerpos
bebiendo nuestro sudor eterno
y quedarnos quietas
muy quietas
sin respirar apenas
y devorarnos de amor la una a la otra.
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