sábado, 7 de abril de 2012

Atardecer de un tiempo inútil


La casa habitada que eres me devuelve sus señas del lenguaje,
nada malo parece existir, nada informe cabe.
Solo el murmullo acompasado de los pasos de ti
que se van acercando a mí conforme pasa el tiempo,
¡pasa, a minutos, tan lento!
Quiero darte un beso en los ojos
y que tus párpados estallen,
que se cierren mientras se abre
tu boca devolviendo
un beso a la mía sobre ese beso.

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